Los pimientos de Lodosa son sencillamente deliciosos.
De todas las maneras que conozco de hacerlos, ésta es, sin duda, la que me parece la mejor porque resalta el sabor del pimiento (exquisito por sí mismo) y aporta una salsa untuosa que lo hace irresistible.
Este es un plato que combina excelentemente, entre otras, con carnes rojas.
Siendo un producto tan excepcional, la preparación es obligatoriamente sencilla, ya que no queremos enmascarar el sabor del pimiento de Lodosa.
¿Único ingrediente especial? La paciencia. Este es un plato extremadamente sencillo en su preparación que lo único que nos pide es un fuego lento que los cocine a ritmo pausado.
Váis a disfrutar. ¡Garantizado!
Ingredientes
Un bote de pimientos de Lodosa (de los que vienen simplemente asados y en su jugo)
2 dientes de ajo
Aceite de oliva (cuanto más bueno, mejor)
Azúcar y Sal
Preparación
Todos los ingredientes se echan a la cazuela en crudo.
Empezamos colocando en un recipiente (preferiblemente una cazuela de barro) el contenido del bote de pimientos de Lodosa.
Rellenar un tercio del bote con agua y echarla sobre los pimientos (nos aseguramos de que no queda ni una gotita de jugo de pimientos en el bote).
Añadir los dientes de ajo cortados en laminas finas, un buen chorro de aceite de oliva, una pizca de azúcar y otra de sal.
Colocar al fuego y llevar a ebullición. En el momento en que comienza a hervir, se baja el fuego al mínimo (si la cocina es de vitrocerámica o inducción hablaríamos de un 3 de 10) y se mima, asegurándonos de que no se pega en el fondo, hasta que la salsa sea casi como una crema.
¿Cómo saber el punto de cocción?
Muy sencillo. Cuando los veas y no puedas resistir coger un trozo de pan y untarlo…