La masa quebrada es otra receta imprescindible, de fondo de armario.
Es cierto que la venden preparada y lista para hornear en la sección de refrigerados y no suele estar mal pero os aseguro que es tan rápida de preparar, que tardamos más en ir al super a comprarla.
La masa quebrada sirve tanto para platos salados (quiches) como dulces (pastas, galletas, tartas) con una mínima variación.
Os doy ambas recetas para que preparéis la que os convenga en cada caso.
Ingredientes
200 gr. de harina
100 gr. de mantequilla bien fría, cortada en daditos
1 huevo
1 pizca de sal
A elegir uno de los dos:
1 cucharadita de sal (para la versión salada)
o bien
50 gr. de azúcar (para la versión dulce)
Preparación
Ponemos la harina con la mantequilla en un cuenco.
Con la punta de los dedos vamos integrando la mantequilla con la harina, hasta obtener una mezcla como de galletas trituradas.
Añadimos la sal para la versión salada o con azúcar para la versión dulce.
También la pizca de sal (aunque sea la masa dulce) y el huevo.
Amasar lo justo para que se mezclen los ingredientes. Envolver en papel film y refrigerar una media hora, aproximadamente, hasta que la masa se endurezca.
Transcurrido ese tiempo, la extendemos.
En la manera tradicional lo haremos sobre la encimera en la que habremos espolvoreado harina para que no se pegue la masa.
Otra opción es hacerlo entre dos láminas de papel de horno. Este método es fantástico porque la masa se extiende mucho más fácilmente y, además, no añadimos más harina a la masa, que la reseca y endurece innecesariamente.
Una vez extendida la podemos usar para nuestra receta.
Habitualmente se hornea a 180ºC unos 20-25 minutos.