Hoy os propongo barquitas de salmón y vosotros, expertos conocedores de lo que os traéis entre manos (y de lo que tenéis en el frigorífico) seguro que vais a saber adaptar la receta según os interese.
El fundamento es sencillísimo: una rebanada de pan que se aplana y moldea para poner dentro nuestros ingredientes favoritos.
En esta ocasión el protagonista es el salmón fresco pero podéis sustituirlo por salmón ahumado, tiras de pechuga de pollo o pavo, daditos de bacon… ¡lo que tengáis a mano!
Ingredientes
1-2 rebanadas de pan de molde por persona
daditos de tomate sin piel ni pepitas (o salsa de tomate)
salmón fresco (podéis usar ahumado si os gusta más)
salsa bechamel (preparadla como se explica en la receta de la lasaña de verduras y salchichas o, para la versión turbo, la podéis comprar hecha)
unos 50 gr. mantequilla fundida (depende de la cantidad de rebanadas que preparéis)
Preparación
Quitar los bordes a las rebanadas de pan de molde (truquillo: los recortes podéis triturarlos y usarlos para rebozados).
Aplanar las rebanadas, una a una, con un rodillo, hasta que queden del grosor de 3-4 mm.
Derretir la mantequilla y untar generosamente las rebanadas.
Colocarlas en moldes que permitan darles forma de cestillo, por ejemplo, en aros metálicos de hornear o en moldes de magdalenas grandes.
Colocar en el fondo de cada rebanada unos daditos de tomate o una cucharada de salsa de tomate.
Cortar el salmón en tiras finas y repartirlas encima del tomate.
Salpimentar. ¡Cuidado con la sal si estáis usando salmón ahumado!
Preparar la bechamel (o abrir el envase si la habéis comprado) y cubrir el tomate y el salmón con un par de cucharadas colmadas.
Hornear a 200ºC hasta que el pan y la bechamel estén doraditos (unos 10-12 min. aprox.)