Hace mucho, mucho tiempo, en los inicios de este blog, os hablaba de Herrera de Pisuerga y de la receta de los cangrejos de río de mi abuela Cefe. Inigualables. Fantásticos. Os aconsejo revisitar el post y visionar el entrañable vídeo que hay colgado (por cierto, aparecen primos míos 😎 ).
Volviendo a los cangrejos y a Herrera, es una receta que marcó mi infancia, del mismo modo que lo hicieron las Orejuelas.
La receta de las orejuelas, como toda receta tradicional que se precie, tiene su époco del año. En este caso se toman en cuaresma, es decir, entre carnavales y semana santa (más concretamente, según he leído en wikipedia, entre miércoles de ceniza y jueves santo).
Así que estamos en plena temporada.
Esta mañana, charlando con los compañeros de un fantástico curso que estoy haciendo (nunca es tarde si se disfruta y se aprende mucho 😉 ), y sabedores de mis aficiones cocineriles y blogueras, me han preguntado por recetas para semana santa. En concreto me preguntaban por las torrijas pero les he confesado que, a mi, lo del pan mojado…
Me voy a sincerar: no me van. Ya lo he dicho 😳
Me temo que hiero algunas sensibilidades. Lo sé.
También espero hacerme perdonar compartiendo la receta de las orejuelas.
Es un trato justo, creo yo…
Es una receta muy tradicional también y, sobre todo, muy, muy rica (y sin pan remojado 😉 ).
Como en los programas de radio de entonces, quiero dedicar esta receta a toda la familia que, aunque desperdigada, nos une Herrera (primos, sobrinos…). De corazón. Espero compartir muchas orejuelas con todos vosotros.
Y a los nuevos compañeros de este curso en la que estoy inmersa y que, aunque ellos no lo saben, mañana van a disfrutar (espero) de una buena ración de orejuelas que estoy preparando en este momento: Paloma, Nuria, CristinaR, Ana, CristinaC, Iván, Laura, Esther, Yolanda, Mar, Angeles, Mayte, Alfonso, Kike, Jaime y Mercedes.
Con todo mi cariño.
Notas sobre la receta:
Os la voy a contar tal cual me la pasó mi abuela pero, para facilitar la interpretación de conceptos como «harina, la que admita» (lo confieso ¡me encanta!), la acompaño de anotaciones mías en gramos que creo que os facilitarán el cálculo de cantidades.
¡Disfrutadlas y mantened las recetas tradicionales!.
Si no lo hacemos nosotros, ¿quién lo hará?
Ingredientes
1 huevo
Tomando como medida la cáscara de medio huevo (el que acabamos de romper):
– 2 medidas de aceite vegetal (de girasol, por ejemplo)
– 2 medidas de vino blanco (o 1 de vino blanco y 1 de anís)
una pizca de sal
1 cucharada de azúcar
la ralladura de un limón
harina, la que admita 😉 , que viene a ser unos 250 gr.
abundante aceite vegetal para freir
azúcar glas, para terminar
Preparación
Volcar todos los ingredientes en un cuenco.
Cuando estén más o menos mezclados, volcamos sobre la mesa de trabajo untada de aceite y amasamos hasta obtener una masa elástica.
Tomamos una pequeña porción (como una pelota de ping-pong) y la estiramos con un rodillo (o con una botella vacía, como hacía mi abuela) hasta dejarla lo más fina que podamos.
Mientras lo hacemos, calentamos abundante aceite en una sartén.
De la masa que tenemos estirada, vamos cortando porciones con un cuchillo y las vamos introduciendo en el aceite, vigilando que se doren y dándoles la vuelta sin que se quemen.
Al sacarlas, las ponemos sobre papel absorbente y espolvoreamos con azúcar glas.
NOTA: La receta de mi abuela era con una mezcla de azúcar y harina pero la he adaptado a los paladares actuales…
Preparamos otra porción de masa y repetimos el proceso. Vigilad que no se sobrecaliente el aceite y separadlo del fuego si es necesario mientras manipuláis la masa.
No hay más que compartir las orejuelas con familiares y amigos.
Hay algunos intrépidos que las toman con orujo y otros las prefieren con chocolate caliente.
Os dejo que probéis y elijáis el acompañamiento que más os guste.
Ya me contaréis…
Hoy hemos tenido el gusto en clase de dar fe lo riquísimas que están. Gracias por tu tiempo y generosidad compañera. Un bso.
Me ha encantado el momento orejuelas.
Queda pendiente alguna degustación de otra cosilla… 😉
Muchas Gracias!! Están riquísimas!!! Ésta sí ha sido una buena Dinámica de Grupo, la mejor!!!. Una delicia!!
He disfrutado mucho preparándolas y compartiéndolas con vosotros.
¡Y me ha encantado que os hayan encantado! 🙂