Deambulando por la cocina, me topé hace un par de días con un hermosísimo trozo de merluza.
La verdad es que tengo una tendencia casi enfermiza a preparar la merluza de las maneras más sencillas y tradicionales: a la plancha, al horno con un pelín de aceite o rebozada.
Creo que será porque soy del norte y estoy educada en el respeto al producto: cuanto mejor es, más sencilla es la receta.
El caso es que, por motivos inciertos 😉 , me apetecía experimentar algo nuevo y me puse a probar diversas combinaciones.
La que comparto hoy con nosotros nos encantó, a mi y a mis «catadores».
Por cierto: yo utilicé merluza pero puede usarse cualquier pescado blanco. El que prefiráis.
Lleva un toque picante que puede sustituirse, reducirse o simplemente eliminarse.
Mi consejo: salvo que tengáis aversión por él, os aconsejo que lo mantengáis (al menos una pizquilla 😉 ). Combinado con el crujiente de las verduritas, le da una alegría especial.
La preparación, como váis a ver, es muy sencilla.
Para presentarlo, yo serví cada bocadito sobre una rodaja de tomate kumato. Otras opciones pueden ser unas camitas de hojas de cogollo o unos nidos de berros.
Cualquier acompañamiento de verduritas frescas es ideal para estos días de verano.
Ingredientes
500 gr. merluza (o cualquier pescado blanco)
1 zanahoria
1/2 calabacín
1 diente de ajo
1 trocito de jengibre
ralladura de 1/2 limón
1 cucharada de salsa de soja
unas gotas de salsa piripiri o tabasco
1 huevo
sal y pimienta negra recién molida
aceite de oliva virgen extra
Ingredientes para la salsa
4 cucharadas de mahonesa (comprada o hecha en casa)
1 cucharadita de salsa picante (puede cambiarse por salsa de tomate)
6 hebras de cebollino
Preparación
Comenzamos salpimentando el pescado y cocinándolo 1 minuto en el microondas o hirviéndolo en agua 2 minutos.
Hay dos motivos para hacerlo:
– facilitarnos la operación de quitar piel y espinas y
– lo tenemos levemente cocinado, lo que reducirá el tiempo de cocción cuando lo mezclemos con las verduritas y las mantendrá crujientitas
Lo dicho. Una vez cocinado en el micro o hervido, eliminamos espinas y piel y desmenuzamos en trozos no demasiado pequeños (1 cm. aproximadamente). Ponemos en un cuenco.
Lavamos la zanahoria y el calabacín con piel y los rallamos con un rallador grueso. Añadimos al cuenco del pescado.
Rallamos el diente de ajo y el trocito de jengibre con un rallador fino. Añadimos junto con la ralladura de limón.
Condimentamos con la salsa de soja y las gotas de salsa piripiri o tabasco.
Probamos y corregimos de sal y pimienta.
Rompemos el huevo sobre la mezcla y mezclamos hasta que todos los ingredientes queden repartidos homogéneamente. Reservamos unos minutos en el frigorífico.
Mientras tanto, preparamos la salsa mezclando en un cuenco la mahonesa con la salsa picante (o la salsa de tomate) y con 4 hebras de cebollino picadas. Reservamos.
Ponemos una cucharada de aceite en una sartén antiadherente.
Cuando esté caliente, repartimos la mezcla en montoncitos pequeños, ayudándonos de una cucharada.
Cocinamos unos minutos, hasta que se dore y luego damos la vuelta, dorándolos por el otro lado.
Servimos sobre una rodajita de tomate kumato.
Colocamos encima un poco de salsa y un trocito de cebollino (de las 2 hebras que habíamos reservado).
¡Listos para comer!