Sí. Ya sé que muchos de vosotros no os gusta el conejo pero… ¿Y si os digo que esta receta queda también fenomenal con pollo? ¿A que os váis a animar a hacerlo?
Venga. Seguid leyendo que merece la pena 🙂
Sea con pollo o con conejo, esta receta es fantástica por muchas razones.
Una de las más importantes es que puedes tenerlo refrigerado durante días y lo tienes ahí, como un buen amigo fiel, para resolverte cualquier comida o cena.
Añadir escabeche en una ensalada es como la noche y el día. ¡Vaya diferencia!
Si, como hoy, servimos unos trozos sobre un fondo de salmorejo bien fresquito, difícilmente podéis encontrar un plato veraniego más completo y delicioso.
Si no prevemos consumirlo en un par de semanas, podemos conservarlo en tarros esterilizados. El proceso es sencillo: metemos los trozos en tarros de cristal y cubrimos con su salsa. Cerramos y metemos en una olla con agua fría que los sobrepase 2-3 cm. Hervimos durante media hora y dejamos en la olla hasta que enfríen por completo. De esta manera podremos conservarlos hasta 6 meses.
De todas formas os lo cuento por curiosidad porque es bastante improbable que no vuele en un par de días… 😉
Ingredientes
1 conejo en trozos
1/2 l. + 2 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
1/4 l. vinagre de vino
1/4 l. agua
3-4 hojas de laurel
1 cabeza de ajos
1 cebolla grande en juliana
1 cucharada de pimienta negra en grano
1 rama de tomillo fresco (o 1 cucharada de tomillo seco)
sal y pimienta negra molida
salmorejo
Preparación
Salpimentamos los trozos de conejo.
Calentamos 2 cucharadas de aceite en una sartén amplia y honda (yo suelo usar un wok) y doramos la carne por tandas durante 4-5 minutos.
Cuando hayamos dorado todos los trozos, los volcamos de nuevo al wok (o sartén suficientemente amplia para que quepan bien) y añadimos el aceite, vinagre, agua, laurel, ajos (sueltos o la cabeza cortada transversalmente), los granos de pimienta y el tomillo.
Llevamos a ebullición.
Bajamos el fuego y dejamos cocinar durante una media hora.
Se puede tomar templado pero, para mi gusto, está mucho mejor de un día para otro.
Para ello, dejamos templar y, a continuación, guardamos en el frigorífico.
En el momento de servir, ponemos un fondo de salmorejo en el plato y colocamos encima un par de piezas de conejo en escabeche, decorando con algunos ingredientes del escabeche: un poco de cebolla, un par de dientes de ajo, unas briznas de tomillo, unos granos de pimienta…
¡Para chuparse los dedos!