Puede que oirme decir que vamos a preparar unas galletas de calabaza os resulte chocante, pero no lo es tanto.
Si os paráis a pensar, la calabaza tiene un punto de dulzor, como lo tiene la zanahoria, que se presta genial a preparaciones dulces como galletas, mermeladas o bizcochos (recordad el riquísimo bizcocho de zanahoria).
Una ventaja adicional de estas galletas es la cantidad de propiedades y nutrientes que tienen, gracias a dos ingredientes tan saludables como son la avena, el aceite de oliva y nuestra amiga la calabaza.
Para colmo, son sencillísimas de preparar y están listas en un momentito.
Sólo tienen un inconveniente: vuelan en cuanto salen del horno 😉
Lo mires como lo mires… ¡No hay excusa para no disfrutar de unas exquisitas galletas de calabaza!
Ingredientes
350 gr. calabaza
150 gr. de harina
100 gr. copos de avena
1 cucharadita levadura química
1/2 cucharadita bicarbonato
1/2 cucharadita sal
1 cucharadita canela
una pizca de nuez moscada rallada
1 huevo
125 gr. azúcar moreno
3 cucharadas de aceite de oliva
100 gr. pepitas de chocolate
Preparación
Comenzamos asando la calabaza. Para ello, quitamos la corteza y las pepitas, la cortamos en cubos del mismo tamaño y la horneamos una media hora a 180ºC. Otra opción mucho más rápida es cocinarla al microondas en un recipiente adecuado durante 5-7 minutos.
Cuando esté bien blandita, la sacamos, la aplastamos y escurrimos con ayuda de un colador el exceso de humedad que haya podido soltar durante la cocción. Reservamos.
En un cuenco mezclamos la harina, avena, levadura, bicarbonato, sal, canela y nuez moscada. Reservamos.
En otro cuenco batimos el huevo con el azúcar y el aceite.
Cuando esté bien mezclado, incorporamos la calabaza y, a continuación, la harina con la avena que teníamos reservada.
Cuando tengamos una mezcla homogénea, añadimos las pepitas de chocolate y mezclamos para que se distribuyan por igual.
En una bandeja de horno, en la que habremos puesto una hoja de papel sulfurizado, iremos distribuyendo la masa ayudándonos de una cuchara, dejando al menos un par de dedos de separación entre montoncitos. Por cierto: no tienen que ser montoncitos perfectos. Cuanto más rústicos, mejor.
Las metemos al horno precalentado a 180ºC. El tiempo de cocción variará en función del tamaño de las galletas pero oscilará entre 10 y 15 minutos.
Las sacaremos cuando estén doraditas y las dejaremos enfriar sobre una rejilla.
¡A merendar!
Es increíble, pero también cierto. No sé si crees en las casualidades, (o causalidades ocultas), pero estas galletas las hacía mi madre. Nunca las había visto antes y nunca las vi después. ¡Galletas de calabaza!, qué delicia. Tendré que intentarlo, siguiendo tus consejos. Un abrazo.
Las casualidades no existen… 😉
Me encanta que hayas encontrado una receta que te provoque tan buenos recuerdos.
Ojalá te animes a hacerlas y puedas rememorar, también, aquellos sabores entrañables.
Un beso gigante :*