Hacía mucho tiempo que quería preparar una pizza estilo Chicago. Cuando digo mucho, es mucho tiempo. Desde los tiempos en que la plaza de Alonso Martínez de Madrid estaba la Chicago Pizza Pie Factory, donde iba cada vez que podía o desde que la probé en la famosa Pizzería Uno de Chicago. ¡Qué delicia! ¡Qué sobredosis (de la buena) de queso! Desde esas experiencias, ya no pude desengancharme (en el buen sentido 😉 ).
Como os decía, hacía mucho tiempo que quería llevarla a mi cocina pero mi «público» me pedía constantemente la pizza Ré o la pizza de bacon y queso y me resultaba difícil convencerles de un cambio.
Por fin, el otro día, ya no puede resistirme más y empecé a investigar cómo se prepara esa masa tan especial y tan esponjosa. Mis pesquisas dieron resultado y encontré una magnífica receta de la masa en el blog de Sally’s baking addiction. Reproduzco aquí su receta, eso sí, adaptada a gramos ya que ella la tiene en cups, tablespoons y demás 🙂
En cuanto al relleno, lo he modificado utilizando productos nuestros, como la sobrasada (en lugar del pepperoni) y el queso manchego.
¿El resultado? Creo que ya no haré ni pizza Ré ni pizza carbonara ni ninguna otra en bastante tiempo. Ahora sólo me piden la pizza estilo Chicago.
Animaos a prepararla. Realmente merece la pena.
Por cierto, os aconsejo leer toda la receta antes de empezar ya que el proceso es un poco largo.
Ingredientes (salen 2 pizzas)
Para la masa
350 gr. de harina normal (aproximadamente)
50 gr. harina de maíz (maizena)
1 1/4 cucharadita de sal
1 cucharada de azúcar
1 sobrecito de levadura de panadero
300 ml. agua templada (a unos 32ºC)
110 gr. mantequilla (55 gr. derretida, 55 gr. pomada)
aceite de oliva para engrasar
Para la salsa de tomate
(se puede sustituir por un bote de salsa de tomate casero)
2 cucharadas de aceite de oliva
3 dientes de ajo bien picados
1 cebolla pequeña picadita
sal
una pizca de orégano seco
una pizca de cayena (opcional)
una lata de 800 gr. tomate natural triturado
1 cucharadita de azúcar
Para el relleno
300 gr. queso manchego fresco
100 gr. queso manchego curado
100 gr. sobrasada mallorquina
200 gr. bacon
Preparación
Preparación de la masa (1ª parte)
En un cuenco amplio mezclamos la harina, maizena, sal, azúcar y la levadura de panadero.
Añadimos la mantequilla derretida y el agua (os aconsejo no echar toda y reservar medio vaso por si la masa quedara demasiado blanda).
Mezclamos bien: lo ideal es amasarlo con máquina de pan o con batidora con las varillas en espiral. Si no, toca hacer músculo… 😉
Si lo amasamos con máquina, mantenemos batiendo durante unos 5 minutos, hasta que quede lisa y elástica.
Si amasamos a mano, cuando la masa sea manejable la pasamos a una encimera y continuamos durante unos 5 minutos.
En ambos casos, si queda muy seca, añadimos un poco más de agua. Si queda demasiado líquida, añadimos una cucharada extra de harina.
Engrasamos otro cuenco con aceite de oliva. Pasamos la bola de masa a este cuenco y le damos unas vueltas para asegurarnos de que está cubierto de aceite por todas partes.
Cubrimos con papel de aluminio o papel film (yo uso un gorro de ducha ¡limpio, por supuesto! 🙂 ) y dejamos reposar en un sitio cálido y sin corrientes de aire. Puede ser cerca de un radiador en invierno. Otra opción: calentar el horno a 50ºC. Apagar y meter el cuenco tapado.
Mantenemos reposando 1-2 horas, hasta que duplique el tamaño.
Mientras, preparamos la salsa de tomate y el resto de ingredientes.
Preparación de la salsa de tomate
Como os decía, se puede sustituir por un bote de salsa de tomate casero (de la mejor calidad que podáis encontrar).
Si la hacemos nosotros, empezamos poniendo aceite de oliva en una cazuela.
Calentamos a fuego medio y echamos el ajo y la cebolla picaditos.
Echamos un poco de sal y dejamos unos minutos hasta que doren.
Añadimos el tomate, el orégano seco, una pizca de cayena (opcional) y el azúcar. Salpimentamos.
Removemos y dejamos cocer a medio tapar (más que nada porque si no la cocina se pone perdida) durante una media hora.
Si vemos que transcurrido ese tiempo queda muy líquida, destapamos y dejamos cocinar otros 5-10 minutos, removiendo de vez en cuando.
Preparación de la masa (2ª parte)
Cuando la masa haya duplicado su tamaño, la extendemos sobre una superficie enharinada, asegurándonos de que suelte todas las burbujas de aire, formando un rectángulo de unos 40×30 cm.
Extendemos por encima la mantequilla pomada y enrollamos por el lado largo del rectángulo.
Cortamos en rollo por la mitad y formamos una bola con cada mitad.
Las metemos en el cuenco engrasado y tapado al frigorífico durante 1 hora.
NOTA: Podemos dejarla refrigerada hasta 1 día, así que podemos prepararla la víspera, si nos resulta más cómodo.
Montamos las pizzas
Transcurrido ese tiempo, sacamos una de las bolas del frigorífico (la otra la mantenemos en la nevera).
La ponemos sobre una superficie enharinada y la extendemos en un círculo de unos 30 cm.
Pasamos la masa al molde de horno y la colocamos asegurándonos de que cubre bien el fondo y las paredes del molde. Con un cuchillo cortamos el exceso de masa que sobresalga.
Precalentamos el horno a 220ºC.
Preparamos los ingredientes del relleno:
Rallamos el queso manchego fresco en un cuenco.
En otro rallamos el queso manchego curado.
Troceamos la sobrasada mallorquina.
En una sartén doramos el bacon durante unos minutos.
¡Ya tenemos todo listo!
Empezamos a rellenar el molde con nuestros ingredientes:
En el fondo ponemos la mitad del queso manchego fresco rallado.
A continuación la mitad de la sobrasada y del bacon.
Extendemos la mitad de la salsa de tomate por encima.
Repartimos la mitad del queso manchego curado por encima.
Pintamos con un poco de aceite los bordes de la masa para que luego estén doraditos y crujientes.
Metemos al horno durante 20-28 minutos. Si vemos que a los 15 minutos los bordes se doran demasiado, podemos cubrirlos con papel de aluminio.
Cuando esté lista, la sacamos del horno y la dejamos reposar 10 minutos.
Después, sólo nos queda cortar y ¡¡¡disfrutar!!!
Para la segunda pizza, repetimos el mismo proceso.
NOTA 1:
Si sobrar algo de pizza (cosa bastante improbable) se puede guardar en el frigorífico durante 4-5 días. Para comerla, basta con calentarla en el horno a 150ºC durante unos 15 minutos.
NOTA 2:
Si sólo queremos preparar una pizza, podemos refrigerar los ingredientes durante 1-2 días. La masa podemos conservarla tapada con papel film en el frigorífico durante 1-2 días. Otro opción es congelarla: para ello, no dejaremos que repose una hora en el frigorífico, como dice la receta, sino que la envolveremos en papel film y la meteremos al congelador nada más formar las bolas de masa. Podemos conservarla durante 2 meses. Para reutilizarla, la sacamos la víspera al frigorífico y la dejamos a temperatura ambiente durante 1 hora antes de utilizarla.
Hola Rosita,
recordando los tiempos del Chicago Pizza Pie Factory de Barcelona me vino a la memoria la deliciosa pizza que comíamos alli, la de carne picada o salchicha, no recuerdo bien el nombre.
Podrias decirme como hacerla, por favor? No sabes la ilusión que me darías!
Gracias de antemano por tus excelentes recetas y te envío un gran un abrazo!
Hola Sonia,
La receta publicada en mi blog de la pizza estilo Chicago es la original pero sustituyendo algunos ingredientes.
Si quieres la original debes cambiar:
– sobrasada por pepperoni
– queso manchego fresco por mozzarella
– queso manchego curado por parmesano
Con estos cambios mínimos podrás recordar los tiempos del Chicago Pizza Pie Factory.
¡Espero que la disfrutes!