La rosca de canela (su nombre original es kringle estonia) apareció en mi vida por casualidad.
Un día, surfeando por el ciberespacio, me llamó la atención la forma de este pastel.
¡Era precioso!
Así que empecé a investigar…
De lo que pude averiguar, el kringle es una variedad escandinava del famoso pretzel.
Fue llevada a Estados Unidos por los daneses, donde le dieron su toque personal y ha llegado a tal punto que fue declarado Pastel Oficial de Wisconsin en 2013. No está mal… 🙂
También parece que se utiliza en los países nórdicos como pastel navideño así que, vistas las fechas en las que estamos, puede ser buena idea prepararlo para compartirlo con la familia, ¿no os parece?
Como siempre, no hay una receta universal pero el patrón es muy parecido.
Las variaciones principales vienen de elegir azúcar o miel para la masa de la rosca y de incluir o no frutos secos o uvas pasas en el relleno.
Ahora llega el momento de los trucos: Si no queréis preparar la masa, podéis sustituirla por masa de hojaldre comprada (no se lo digáis a nadie 😉 )
¿Me acompañáis a la cocina?
Ingredientes
Para la masa
300 gr. harina de fuerza
un sobre de levadura de panadero
120 ml. leche templada
25 gr. azúcar glas o miel
30 gr. mantequilla
una pizca de sal
1 yema (usaremos la clara para el glaseado)
Para el relleno
60 gr. mantequilla
1 pizca de sal
50 gr. azúcar
2 cucharaditas de canela
Para el glaseado
1 clara de huevo
50 gr. azúcar glas
Preparación
Derretir la mantequilla (al fuego o al microondas) y dejar templar.
Si utilizamos panificadora:
Poner por este orden los ingredientes en la cubeta: leche, azúcar o miel, yema, sal, mantequilla, harina y levadura. Usar el programa de amasado durante 15 minutos (yo tengo la panificadora Helkina/Bifinett y uso el programa 2).
Si no utilizamos panificadora:
Poner la harina en un cuenco, formando un hueco en el centro. En ese hueco pondremos los demás ingredientes (leche, azúcar o miel, yema, sal, mantequilla y levadura) y amasaremos durante 10-15 minutos.
Cuando tengamos la masa lista, taparemos con un paño y dejaremos reposar en un lugar cálido y sin corrientes de aire durante 1 hora, aproximadamente.
Mientras reposa podemos ir adelantando el relleno. Para ello basta con batir la mantequilla en pomada (blandita, pero no derretida) con la sal, azúcar y canela. Reservamos.
Cuando la masa haya duplicado su volumen, la estiramos y formamos un rectángulo de 35×45 cm. aproximadamente.
Precalentamos el horno a 190ºC.
Extendemos la crema de mantequilla y canela sobre la masa (sin llegar a los bordes) y enrollamos.
Hacemos un corte longitudinal, pero dejando un par de centímetros en un extremo.
Vamos trenzando las dos patass, dejando el lado con el relleno a la vista hacia arriba.
Cuando ya lo tengamos trenzado, formamos una rosca, humedecemos los dos extremos y los unimos.
Horneamos durante unos 20 minutos.
Mientras se hornea preparamos el glaseado, mezclando bien la clara con el azúcar glas.
Cuando la rosca esté doradita, la sacamos del horno y, en caliente, pintamos con el glaseado.
Dejamos templar y… ¡a comer!